¿Qué significado tiene la palabra Tau?
Secreto de la letra hebrea Tav (TAU). Cuya escritura en hebreo aparece en la imagén superior izquierda al principio de esta página. Corresponde a la letra 22 (última) del alfabeto hebreo
La letra Tav vale en guematría 400.
Está formada de dos letras hebreas: Reish y Nun, formando entre ellas la palabra “Ner” que significa “Vela”.
El Salmo 119 se divide en 22 estrofas, que corresponden a cada una de las 22 letras del alfabeto hebreo. Cada estrofa consta de 8 versículos, y cada uno tiene una virtud específica.
El Salmo 119 fue escrito por David. Tiene 176 versículos. Están las veintidós letras del alfabeto hebreo. Es un salmo poético que pasa por todo el alfabeto hebreo en unidades de ocho versículos cada una. Veintidós veces ocho, hacen 176.
El alfabeto hebreo empieza por la letra, Alef, y termina con la letra, Tav. En Revelación 22:13, Jesús dijo estas palabras según está escrito:
“Yo soy el Alfa y Omega, el principio y el fin, el primero y el último.”
El Alfa y Omega son la primera y última letras del alfabeto griego. La manera en que esto se diría en hebreo es “Yo soy Alef y Tav.”
En Génesis 1:1 está escrito: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.” Si examina este versículo en hebreo, encontrará que la cuarta palabra hebrea es, Alef, Tav.”
Por lo tanto, en hebreo, Génesis 1:1 dice, “En el principio (Be-reshit), Dios (Elohim) creó (bará), (Alef, Tav)…” De aquí podemos comprender que Jesús es ciertamente el Alef y el Tav, el principio y el fin...., leer más sobre el Salmos 119.
Esto lleva a explicar el significado místico en esta palabra:
La Aleph o la primera letra de Emeth (verdad) indica que Dios es el primero de todas las cosas. No había nadie antes que El de quien hubiera podido recibir la plenitud de la verdad. La Thaw, o la última letra, significa, de modo semejante, que Dios es la última de todas las cosas. No habrá nadie después de El a quien El pueda legarle.
La estrofa de TAU, dice:
Acérquese mi cántico a Tu presencia, Eterno mi Dios; otórgame entendimiento conforme Tu palabra.
Haz que mi súplica venga a Ti; sálvame de acuerdo a Tu promesa.
Mis labios pronunciarán alabanza, pues Tú me has enseñado Tus estatutos.
Mi lengua se hará eco de Tu palabra, pues todos Tus mandamientos son justicia.
Que Tu mano me provea asistencia, pues he escogido Tus preceptos.
Anhelo Tu salvación, Eterno mi Dios, y Tu Torá es mi delicia.
Permite que mi alma viva, y Te loará; que Tu juicio me asista.
He descarriado como una oveja perdida; busca a Tu servidor, pues no he olvidado Tus mandamientos.
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Desarrollo
También de la letra TAU se habla de ella en el Libro de Ezequiel, donde muchos creyentes creen que se relaciona con el Crucifijo. “Recorre toda la ciudad de Jerusalén y marca con una T la frente de los hombres que gimen y se lamentan por todas las abominaciones que se cometen en medio de ella” (Ez 9,4). La Tau sería el signo puesto en la frente de las personas, en aquellos tiempos en Israel, salvándoles así del exterminio.
Fué después adoptada por los primerísimos cristianos:
1. Como última letra del alfabeto hebreo, era una profecía del último día y tenía la misma función de la letra griega Omega, como aparece en el Apocalipsis: “Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tiene sed le daré gratis de la fuente de agua viva… Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin” (Ap 21,6; 22,13).
2. Los cristianos adoptaron la TAU en señal de crucifijo, porque su forma les recordaba la cruz, sobre la que Cristo se inmoló para la salvación del mundo.
Lo que no es
La Tau no es un amuleto mágico.
No es un fetiche, ni mucho menos un juguete cualquiera.
De qué es signo
La Tau es la última letra del alfabeto hebreo y se utilizó con valor desde el Antiguo Testamento, el Salmo 119 le dedica una sección a TAU, como ya citamos.
Luego es el signo concreto de una devoción cristiana, pero sobre todo un compromiso de vida en el seguimiento de Cristo (Yeshua el Mesías).
Es el signo de reconocimiento del cristiano, es decir, el hijo de Dios, del hijo salvado del peligro, del Salvado. Es un signo de poderosa protección contra el mal (Ez 9,6).
Es un signo querido por Dios para nosotros, es un privilegio divino (Ap 9,4; Ap 7,1-4; Ap 14,1).
Es el signo de los redimidos por el Señor, de los sin mancha, de quienes se fían de Él, de quienes se reconocen hijos amados y que saben que son preciosos para Dios (Ez 9,6).
Es símbolo de la dignidad de los hijos de Dios, porque es la Cruz que ha sostenido al ungido del Eterno Dios: Cristo.
Es un signo que le recuerdan a muchos discipulos y a todos los devotos de esta fe, que deben también ser fuerte en las pruebas, dispuesto a la obediencia del Padre Eterno y dócil en la sumisión, como lo fue Jesús a la voluntad del Creador.
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Los judeocristianos......, leer más.